A la hora de educar a nuestros hijos e hijas hay ciertos temas o ámbitos en los que podemos sentirnos más o menos cómodos-as. En ocasiones, la sexualidad no es uno de ellos. Por mucho que seamos padres o madres no tenemos que saber de todo y a la hora de educar a nuestros hijos-as lo hacemos con nuestros conocimientos y aptitudes pero también con nuestras carencias. En ocasiones sucede además que a nosotros-as tampoco nos educaron con naturalidad y claridad en este ámbito, condicionado por la sociedad y el contexto en el que crecimos y la realidad de que la conversación y la educación relacionada con lo sexual tampoco era algo cómodo para nuestros propios padres y madres.
Pero lo cierto es que no deja de ser una parcela más de la vida de nuestros hijos-as y en nosotros-as como padres y madres está la posibilidad de educarlos también en este ámbito y de hacerlo con naturalidad, acompañándoles en el camino en cada etapa y ofreciéndoles una información y guía de mayor valor añadido a la que puedan obtener de sus amigos-as o de otras fuentes.
Podemos por tanto taparnos los ojos y no querer ver la realidad actual, en la medida en que dista mucho de aquella en la que nosotros-as crecimos o podemos informarnos lo mejor posible de la realidad en la que viven nuestros hijos-as, ser conscientes de la brecha generacional y educarles lo mejor posible para la realidad que hoy en día les rodea y en la que viven.
No se trata solo de sexo, se trata de despertar en ellos-as una mentalidad crítica sobre la sociedad en la que viven y hacerles conscientes de sus sentimientos y de los de los demás. De que aprendan a sentar las bases de la construcción de su autoestima también en este ámbito. De hablarles de la importancia de la sexualidad y lo que deciden hacer con su cuerpo y que cuestionen la atención de necesidades propias y ajenas. De que en esta parcela de su vida tampoco tienen que ceder a presiones de otros-as o dejarse condicionar por lo que hacen o dejan de hacer sus amigos o amigas. De hacerles ver que la pornografía, a la que según los datos tienen tan fácil acceso, además de ser pura ficción y no corresponderse con un modelo a seguir sobre la sexualidad, es en muchas ocasiones una escuela de agresión hacia las mujeres.
Nos corresponde por tanto desprendernos de tabúes, evolucionar, informarnos, formarnos si lo consideramos necesario y hablar y educarles por tanto también en este aspecto de su vida.
Te dejamos con un podcast de interés que seguro que te hace reflexionar en este sentido.