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Solo dos días y nuestro hijo-a estará rumbo a Lizarra a Egino. Aventura, amigos, autonomía, naturaleza… y muchas experiencias. Y ¿qué pasa con los aitas y amas? ¿Qué supone esta aventura para nosotros y nosotras? Sigue leyendo y te compartimos algunas reflexiones.
En ocasiones, vivimos esta experiencia de forma dual.
Por una parte, reconocemos que efectivamente será una experiencia positiva para ellos y ellas y valoramos la oportunidad que supone para nosotros como padres y madres, para disfrutar de otros espacios que en el día a día escasean.
Pero de otra, nos invaden ciertos miedos y preocupaciones; más aún cuando se van de campamento por primera vez.
¿Te ocurre?
En este sentido, queremos compartir contigo algunas reflexiones.
- De un lado la necesidad de tener en cuenta y aceptar que nuestros hijos e hijas se hacen mayores y que es así como debe ser además, en la medida en que queremos que se desarrollen como personas y sean felices. Pero en cierta medida vivimos este proceso como una pequeña pérdida. En este sentido compartimos las reflexiones de una amatxu, con las que seguro te sentirás identificada o identificado.
- De otro lado todo lo que sacarán en positivo gracias a esta experiencia. Como pista, te compartimos algunas en el siguiente enlace.