Miremos donde miremos, más allá del calendario, en Lauaxeta se respira verano y vacaciones. Pero también se respira algo más: aire puro y naturaleza.
La naturaleza ofrece un aula sin paredes, llena de lecciones que fomentan el desarrollo integral de las niñas y los niños. Cuando interactúan con su entorno natural, aprenden y crecen de otra manera. No estamos en pleno núcleo urbano, pero eso es una suerte para quienes pasan horas de su vida aquí: nuestras hijas y nuestros hijos.
Pero ¿en qué medida les ayuda?
Desarrollo Físico: Las amplias zonas verdes y los espacios abiertos les permiten correr, saltar, escalar y explorar, promoviendo su desarrollo motor y físico. El aire libre y el ejercicio físico son esenciales para un crecimiento saludable.
Desarrollo Cognitivo: La naturaleza es un entorno lleno de estímulos que despiertan la curiosidad y fomentan el aprendizaje activo. Observan, investigan y hacen preguntas, desarrollando habilidades científicas y un pensamiento crítico.
Desarrollo Emocional: El contacto con la naturaleza reduce el estrés y la ansiedad, proporcionando un entorno tranquilo y relajante. Aprenden a gestionar sus emociones y a conectarse consigo mismos y con su entorno de manera más armoniosa.
Desarrollo Social: Al jugar y aprender al aire libre, interactúan entre sí de manera más libre y espontánea. Esto fortalece sus habilidades sociales y de comunicación, y fomenta la cooperación y el trabajo en equipo.
Conciencia Ambiental: Al estar en contacto directo con la naturaleza, desarrollan un respeto y una conciencia profunda por el medio ambiente. Aprenden sobre la biodiversidad, la importancia de cuidar nuestro planeta y el papel que juegan en su conservación.
Con todo eso en mente, podemos decir que tenemos una ubicación privilegiada, lejos del bullicio urbano y que eso les permite disfrutar de un entorno natural que enriquece su experiencia educativa. Las extensas áreas verdes, los campos abiertos y la presencia de animales proporcionan un espacio donde pueden aprender y crecer de manera integral.
La energía y vitalidad que emana de este entorno natural es incomparable. No no solo adquieren conocimientos académicos, sino también habilidades y valores que les acompañarán toda la vida. La conexión con la naturaleza les brinda una perspectiva única del mundo y un aprecio profundo por el entorno que les rodea.